Un testimonio de lo que no hay que hacer en una mudanza

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Como somos inquietos por naturaleza y nos gusta rescatar algunos casos que hemos leído en la Red de redes, hoy queríamos traer a colación el  testimonio de una persona que nos relata cómo fue su periplo de mudanza internacional, pues lo cierto es que nos puede ilustrar de manera pertinente sobre lo que no hemos de hacer si pretendemos que todo nos salga a pedir de boca. Dejamos que sea esa persona la que os cuente, de primera mano, lo que le sucedió…

“Si me hubiera dedicado aunque hubiese sido un par de minutos a buscar información fidedigna sobre empresas de mudanzas internacionales (como por ejemplo mudanzas-barcelona.eu (haz clic aquí para verla)) no me hubiera pasado lo que estoy a punto de relataros. Ocurrió hace unos meses, cuando ese trabajo que tanto estaba buscando al fin me encontró. El único problema es que era en Francia, un poco lejos de mi casa, pero estaba decidido a cambiar de aires para seguir progresando en mi carrera profesional. El problema surgió con la empresa que contraté para la mudanza.

Insisto: ojalá hubiera buscado por Internet porque me habría evitado varios disgustos. De entrada, cuando contemplé el camión que iba a trasladar mis objetos personales se me cayó el alma al suelo. Era una máquina vetusta que necesitaba una buena reparación. Los sonidos y quejas del motor eran perceptibles y las manchas de óxido de la caja no inspiraban mucha confianza. Los operarios vestían un traje de faena algo deteriorado y su manera de manipular mis muebles y de embalarlos me hizo sospechar que el viaje iba a ser accidentado… Y así fue.

Cuando la carga, tras un retraso de más de un día, llegó a Lyon (donde iba a residir) mis peores sospechas se confirmaron. Un mueble había llegado arañado, la caja de los libros se había mojado a causa de una pequeña filtración que tenía el techo y dos o tres sillas presentaban golpes considerables en el tapizado. El problema es que como me urgía el asunto y no me detuve a leer la letra pequeña del contrato no me percaté de la inexistencia de cláusulas de responsabilidad por daños causados a los muebles. Y ahí me quedé, todo confuso y algo cabreado, la verdad, sin poder protestar.”

Terrible, ¿verdad? Pues sirva este testimonio para hacerse una pregunta: ¿se podía haber evitado esta situación? Pues claro que sí, recurriendo a profesionales de verdad. Un asunto como una mudanza internacional no es algo que se pueda tomar a la ligera, por eso tenemos que preocuparnos por establecer unas pautas y por exigir garantías. Así que si estáis a punto de hacer un traslado a cualquier parte lejos de vuestro domicilio no os dejéis llevar por la improvisación y hacerlo todo con tiempo y contando con profesionales. Será la mejor manera de evitar disgustos.